La vorágine de Yezid Arteta

Por Celedonio Orjuela Duarte*

Cuando comencé a leer el libro de Yezid Arteta, Rebelde entre los rebeldes, y desde luego tomé distancia de una obra que ya es icónica como es La Vorágine de José Eustasio Rivera -que por estos días está siendo revalorada a la luz de nuevos estudios y cuidadas ediciones-, recordé la famosa frase de entrada del libro de Rivera, “Antes de apasionarme por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y lo ganó la violencia”. Arteta, en su libro, parecía protagonizar a su manera esta aventura en la manigua.


Rebelde dentro de los rebeldes 
Yezid Arteta Dávila 
Editorial Icono 2024
172 páginas 
Bogotá- Colombia  


Con esto quiero decir que el protagonista de esta narración, el propio Arteta, nos adentra en esa Colombia profunda como quiera que fue un guerrillero de las Farc  dirigente de uno de sus frentes, aquel que operaba en los departamentos de Cauca y Nariño, aplicando aquello de la movilidad de la guerrilla, aprendida de los vietnamitas. Aquí se debían aplicar uno, dos, tres Vietnam, para diezmar el accionar del enemigo, lo que a groso modo consistía en sorprender al enemigo mediante acciones de los frentes, desde ataques móviles a pequeña escala contra el enemigo, esto con el fin de debilitarlo mediante una guerra de desgaste, generalmente con emboscadas, paros armados, pescas milagrosas, sabotajes a redes de abastecimiento o suministros, etc. 

La voz del protagonista de La Vorágine, Arturo Cova, le viene bien a Yezid Arteta en el entendido de que su trasegar por ríos y montañas en un mapa de esa Colombia, la otra, la marginal, surge no en pos del caucho, sino en el anhelo revolucionario de ver una Colombia mejor para cerrar la brecha de las desigualdades en las que nos obligaron a vivir a los colombianos. Yezid nos mueve en ese mapa secreto para cumplir una cita a su destino y a su jefe jerárquico en este caso Raúl Reyes, quien le aplicaría un consejo revolucionario por insubordinación, quien tiempo después resultara abatido por el ejército en la frontera con ecuador en una escena dantesca que pudimos ver los colombianos. Justo así abre esta narración nuestro cronista:

Morir a manos de mis propios camaradas de armas era una posibilidad remota. Pero a punto de ocurrir. La voz se me quebró y lloré por unos instantes cuando me dirigí al más de medio centenar de guerrilleros y guerrilleras reunidos frente a mí. Todas las miradas estaban clavadas en la mía (…) detrás de mí, armado con un rifle, estaba el indio José, con su piel cetrina, imperturbable, sosteniendo entre sus manos el extremo de la cuerda con la que me habían atado. Un delgado y resistente cordel de nailon rodeando mis hombros. Podía mover los brazos con absoluta libertad. Era el peculiar modo de las Farc para someter a un prisionero.

Al campamento de Raúl Reyes tenía que llegar el guerrillero Arteta, en ese periplo nos va abriendo un mapa oculto de Cauca y Nariño por donde transcurrió su trashumancia por los municipios de Puerto Rico, San Vicente del Caguán, un corredor que también tocaba el departamento del Huila municipios como Algeciras, en todo caso ese peregrinaje, esa es la palabra más adecuada para los que abrigaron esos nobles ideales aunque equivocados en la formación política de teorías de los países que habían hecho la revolución socialista a la luz del marxismo y sus epígonos, pero que la práctica revolucionaria en suelo colombiano encontraban una sociedad pauperizada en sus distintas etnias lo que hacía que su accionar guerrillero no encontrara eco en las masas con el falso dilema de la toma del poder, lo que con el tiempo produjo un fraccionamiento de sus frentes, llegando incluso una mano muerta a palacio como el espeluznante caso del comandante Iván Ríos que con su mano porfiaron en cobrar una recompensa por parte de sus insubordinados , en la que estaba involucrada Karina la guerrillera que después fura gestora de paz en 2008 en el gobierno del expresidente Uribe.

 Uno de los últimos intentos de las Farc de llegar a un acuerdo de paz fue con el presidente Belisario Betancur, antes de las negociaciones de paz con Santos, por ese entonces se instaló en La Caucha el Comando Central que le correspondió a nuestro trashumante estar cerca de El Estado Mayor Central que conformaban Pedro Antonio Marín (Tiro fijo), Jacobo Arenas, Alfonso Cano y Raúl Reyes. Total, no dejaba de ser una aventura en la que solamente podían mantenerse en ella los oriundos de esos lugares, quienes solo con un machete se defendían de los peligros de la selva y las montañas. Nuestro narrador describe los cambuches como lugares en los que los despertaba la visita de una culebra venenosa y desde luego era un campesino o un indígena quien con su machete le cortaba la cabeza. Cosas así que no podían hacer los guerrilleros que venían de la ciudad como nuestro narrador. 

Algo importante era lo que ocurría en un cambuche  que llamaban “el aula” que era una espacio recubierto  con plástico negro y asientos hechos con troncos de árboles fabricados a punta de hacha, cosas de ese tenor ocurrían en los cambuches de los frentes y también lecturas de marxismo que dormían a los guerrilleros indígenas y campesinos, los alegraba cuando a Yezid por ejemplo, se le ocurre leerles algún cuento de la selva del uruguayo Horacio Quiroga…En todo caso los guerrilleros que llegaban de la ciudad tenían que enfrentar un doble combate uno con el ejército y otro con los enemigos que tiene la selva como la leishmaniasis, el dengue hemorrágico y otras enfermedades que cundían entre la guerrilleada, quedaban atrás esos icónicos lugares como El pato, Marquetalia, Rio Chiquito y Guayabero. Ahora la resistencia se hace en El municipio de López de Micay o El cañón de las hermosas, El plateado, corredores del tráfico de cocaína y minería y el abastecimiento de armas para quienes de guerrilleros se pasaron a traquetos y allí se mantienen con el falso cuento de que son disidencias de las Farc. 

Es importante señalar aquí que este testimonio no pretende mostrar la imagen purista dentro de las filas de una organización ortodoxa como todas las organizaciones guerrilleras de la época en Latinoamérica, es el caso de los ajusticiamientos que proponían generalmente los guerrilleros de mando que tenían formación universitaria y que profesaban sacerdotalmente ideologías ajenas, y que nuestro cronista nos lo recuerda así:

No es casual que las peores purgas ocurridas en el seno de las guerrillas latinoamericanas fueran instigadas por cuadros que pasaron por el colegio y la universidad. El asesinato mientras dormía, del poeta salvadoreño Roque Dalton-autor de Las historias prohibidas de pulgarcito y Poemas clandestinos- lo dirigió y ejecutó un triunvirato de intelectuales. La tristemente célebre masacre ocurrida a mediados de los ochenta ocurrida cerca de la población caucana de Tacueyó que costó la vida a 164 guerrilleros fue orquestada por individuos de la clase media, educados, con trayectoria en las agrupaciones revolucionarias de su época. 
                                                     

EL GRAN DESPECHO

País mío no existes
solo eres una mala silueta mía
una palabra que le creí al enemigo

Antes creía solamente que eras muy chico
que no alcanzabas a tener de una vez
Norte y Sur
pero ahora sé que no existes
y que además parece que nadie te necesita
no se oye hablar
a ninguna madre de ti

Ello me alegra 
porque prueba que me inventé un país
aunque me deba entonces a los manicomios

Soy pues un diosecillo a tu costa

(Quiero decir: por expatriado yo 
tú eres expatria)  

Roque Dalton 

Cabría decir que este tipo de ajusticiamientos también los ejecutó el EPL y su abrazo armado el PLA un grupo de paranoicos que creían que todos eran espías, especialmente organizaciones de la misma izquierda que no creían en la lucha armada, fueron acribillados y de ellos apenas se enteraron sus familiares y algunos amigos cercanos. Los ochenta se caracterizó por una izquierda paranoica y confusa de ideologías foráneas. Si en alguna célula estaban estudiando La revolución permanente de Trotsky aparecía un estalinista y obligaba la lectura de La revolución por etapas de Stalin. En esos círculos ni un asomo de lecturas sobre arte y mucho menos teorías libertarias, el anarquismo era menospreciado por ser ideas pequeñoburguesas. Esa era la pobreza de pensamiento de una guerrilla dirigida por unos cuantos exuniversitarios y un grupo de campesinos e indígenas alfabetizados a la luz de dichas teorías especialmente estalinistas.

En esa andadura a través de los ríos San José de Micay, el rio Nayita y las visitas esporádicas al putiadero que se llama Remolinos del Caguán donde se juntaban aventureros, comerciantes, prostitutas, fugitivos, buhoneros, traficantes de base de coca, charlatanes, curanderos, cazadores, motoristas, embaucadores… Toda esa travesía la tuvo que hacer nuestro héroe hasta llegar a la frontera con Ecuador y cumplir una cita con la muerte y ser juzgado por un Consejo Revolucionario mediante un código disciplinario de guerra que se habían inventado para mantener unificado un ejército compuesto fundamentalmente por lugareños y nativos a quien se les iba inoculando de a poco el pensamiento estalinista del combate llegando incluso al secuestro y la extorción. En esa dinámica se movía la guerrilla de las Farc. José Arteta era un guerrillero que venía de Barranquilla donde había militado en la Juco en luchas estudiantiles tras de las cuales sufrió allanamientos a su residencia cuando aún vivía con sus padres en la época del presidente Julio Cesar Turbay Ayala y su Estatuto de Seguridad, momento aquel en el que hubo un ascenso de masas cuando aún existía una clase obrera fuerte jalonada por los sindicatos de la USO, FECODE, y otros sindicatos que lograron importantes reivindicaciones en dichos sectores, incluso se podía hablar de una fuerza campesina jalonada por la ANUC que más tarde se dividiría en la línea Sincelejo y la línea Armenia, época en que se veía a sociólogos, antropólogos y otros teóricos de los movimientos sociales, al lado de los campesinos y obreros interpretando el movimiento social de entonces. Bajo este remezón social es que nuestro héroe decide empuñar las armas y con un corto entrenamiento militar ya es comandante de un frente, los mismos que después lo llevan a un Consejo Revolucionario por no cumplir a cabalidad la cartilla ortodoxa que guiaron a las Farc durante toda su existencia ya que por los años 80s, tiempo en el que fuera activo nuestro autor. Época en que los países latinoamericanos estaban copados de propaganda venida de China, lo que fuera la Unión Soviética, Cuba, toda esa propaganda impresa en revistas y periódicos llegaba a la militancia de las variopintas corrientes políticas del país, con predominio del pensamiento estalinista de sus países satélites hizo que toda su estructura político-militar de movimientos alzados en armas tuvieron como eje central el pensamiento estalinista. 

Para ese entonces, aparece la figura de Bateman quien también venía de las Farc y junto con otros dirigentes que veían otra forma de llegar a un acuerdo político nacional o el gran sancocho nacional que lo llamara Bateman, pero que el sectarismo de las Farc y otros grupos ortodoxos que seguían la línea política de China, lo que fuera la Unión Soviética y Cuba, se crearon fracciones en Colombia con un espíritu sacerdotal que imposibilitó entrar a la era de la paz con un frente amplio que pudiera concretarse a partir de los noventas, pero que en ese coletazo que dejaran las fuerzas democráticas por lo menos tenemos un presidente que se ha encargado de empelotar este país en todas sus facetas de la corrupción de las entidades públicas  y se comenzó un nuevo debate de la política en otro nivel o mejor llegó el momento en que comenzamos a mirarnos a nosotros mismos, a través de una nueva Constitución política legitimada en 1991, de la que participó la poeta María Mercedes Carranza, quien fuera victima su familia de las pescas milagrosas. En esa nueva dinámica política del hoy, incluso algunos jóvenes ya entienden lo que es el pensamiento libertario y lo incorporan a los nuevos tiempos que vive el país, acompañados de ecologistas, ambientalistas, animalistas y otras corrientes de carácter humanitario que mueve las reivindicaciones sociales del ahora
                                                             
                                                                    
TIERRA ALTA 

Esto es la boca que hubo,
Esto los besos.
Ahora solo tierra: tierra
Entre la boca quieta.
María Mercedes Carranza

La escritura de este libro fue para Arteta otro peregrinar por algunos lugares de Europa y Colombia prometiendo que este es el primer volumen de una trilogía que serían sus memorias de su estancia en la guerra como guerrillero y su tiempo en la cárcel y la participación del proceso de Paz Total del presidente Gustavo Petro. Cabe destacar que es un libro escrito con un buen uso del castellano, lejos del perjuicio de las ideas políticas y sentimentales a las que son proclives los seres humanos.

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*Como epílogo dejo este poema de mi autoría:

LÁGRIMAS  

Oscura tan oscura
como si el tiempo siempre fuera oscuro,
así su infancia cual gacela.
Por las travesías, los deseos muertos 
de cada amanecer.
El amor muerto de las horas que pasan, 
las horas muertas del que vendrá,
lo amará en el asedio de la guerra.
Lo amará como ninguna con el uniforme de fatiga.
Quedarán al borde del abismo lágrimas,
siempre lágrimas.
El hijo al otro lado del río en el amor de la abuela.
A ella el arma y la selva.
La creciente del río la engulle en la partida.
El niño la mira lelo teñida de verde,
madre coraje.

Celedonio Orjuela Duarte 


PdL