Por Nestor Rivera
Título: Martirio
Autor: Andrés Salgado
Editorial: E-ditorial 531
ISBN: 978-958-58383-4-5
Páginas: 169
PVP: $35.000
También disponible en digital.
No lea Martirio. No la lea si
usted es de esas personas que siente que el mundo es un lugar perfecto, alegre,
lleno de sueños y metas que están al alcance de su mano. No la lea si a usted
le encanta madrugar a diario y recorrer la ciudad de extremo a extremo para
luego pasar seis, ocho, diez horas en un cubículo de dos por dos haciendo un
trabajo inútil que nadie aprecia. No la lea si usted tiene una noviecita
tiernita a la que le encanta jugar con usted al avioncito con la cuchara de la
sopa a la hora del almuerzo. No la lea si usted siente que es un ganador,
aunque no lo hayan premiado ni con el mejor último lugar en las competencias
deportivas que organiza la empresa donde trabaja en las jornadas de integración.
No la lea si para usted la época más feliz del año es la navidad y su éxtasis
es escuchar el 31 de diciembre “Faltan cinco pa’ las doce” o “El ausente”.
Y es que Martirio, la primera
novela literaria de Andrés Salgado, es una historia acida y caustica. Es fría y
cruda como la Bogotá en la que se enmarca. Una Bogotá sin lentes rosa y sin
florecitas primaverales. Una ciudad que engulle y digiere a sus habitantes para
al final del día expulsarlos para que se recompongan así mismos y vuelvan a
empezar ese círculo sin fin. En ella se encuentran Alberto y Shoshana. Alberto
no es ni de lejos un personaje ejemplar, es perezoso, cínico y apático. A falta
de motivaciones, sobrevive a duras penas como bajista suplente en una orquesta
tropical —que ni nombre tiene—
interpretando reencauchados y éxitos de antaño, como los Joselitos o los Bambam
que se escucharon por doquier en los años 90. La historia se desarrolla
alrededor de la música y el jet set
que la rodea. A Alberto no le gusta tocar esa música, pero igual no hay otra
cosa que le guste o que lo impulse a cambiar. Es un perdedor que igual tiene
que pagar arriendo.
Shoshana —tan deliciosa, tan rica, tan puta— es una mujer camaleónica más
cercana a un delirio psicodélico que a una persona real; es ese tipo de chicas
indescifrables, que cuando crees haber descubierto su secreto te das cuenta que
lo entendiste todo mal y tienes que empezar desde cero nuevamente. Confusa,
difusa y a la vez clara, es un personaje nada simple, elaborado para tener
identidad y personalidad, pero a la vez ser completamente etérea e inatrapable.
Al cruzarse el camino de estos
dos personajes, vivirán un romance voluptuoso que los llevará a pasar una larga
temporada en un infierno inventado por el mismo Alberto, cuyo desenlace será
alucinante.
Martirio es una novela con un
ritmo vertiginoso, muy similar al embale que producen las pepas de Gonzalodiler. Una historia que con un
lenguaje sin tapujos, desenmascara un mundo plástico insensible y vacío (o más
bien hueco). Nos muestra de frente lo idiotas que podemos llegar a ser al
perseguir ideales de vida impuestos por una sociedad de consumo o por los
deseos y expectativas de aquellos a quienes inútilmente queremos complacer
dejando de lado nuestros propios ideales así estos no tengan sentido para el
mundo que nos rodea.
En esta novela Andres Salgado, reconocido
por ser el libretista de series televisivas como “El Joe. La leyenda”, “Perro
Amor” y “De pies a cabeza” entre otras, logra librarse de las barreras y
limitaciones de la moralidad televisiva y nos presenta una realidad
deliciosamente incorrecta. Mostrando a travez de sus personajes una realidad
cruda y descarnada que puede encontrarse en cada esquina, cada bar, cada rumba
Bogotana. Una realidad que podría ser la suya.
Por eso, si usted es una persona
como la descrita al comienzo de esta nota. No lea Martirio, pues corre el
riesgo de que su fantástico mundo se derrumbe a sus pies y le toque enfrentarse
a un universo gris y despiadado que pondrá a trastabillar su zona de confort.
Aunque pensándolo bien, léala. Dese un gustico culposo.