#FILBO2013 (Auditorio Manuel Mejía Vallejo, 26 de abril. 4:30 pm).
Por Robert Uribe Jiménez
El Hacha Enterrada
Iván Oñate
Editorial Con las uñas
Bogotá, 2013
170 páginas
La
literatura, que es el Arte casada con el pensamiento y la realización sin
la mancha
de la realidad, se me antoja el fin hacia el que debería tender
todo
esfuerzo Humano, y no una superfluidad del animal.
Fernando Pessoa
El cuento,
como expresión literaria, es tal vez el juego lingüístico más complejo y armónico
del mundo de las letras, es por tal razón que inquirir por qué esté y no otro
nombre para el libro, uno que encierre todos –imposible- o alguno de los
restantes nombres de las ficciones que abrigan esté libro... nos arrastra
a preguntarnos en una entonación filosófica:
azar, capricho o solo una resonancia reveladora para el autor, lleva a este obra
a tener el nombre de uno de los cuentos que lo componen. ¿Qué nombre es esté? No es más que el investido por el autor: El
Hacha Enterrada… el interrogante
queda en el tejido de las perspectivas del lector. El libro lo componen ocho
maravillosos cuentos, construidos con la mayor ingeniería gramatical, atributo
dado a la genialidad de Iván Oñate y su dedicado
estudio a las letras de la transgresión, de lo humano; es por esto que el título
sorprende, ¿cómo elegir? ¿Qué voluntad fue la determinante para que yaciese ese
y no otro? Tendríamos aquí que dar una interpretación a este hecho, y que mejor
manera que evocando esta disquisición con el juego dado por la literatura; para
estos quehaceres arrancamos –no como los cuentos de hadas- sino con el suceso
que dio inicio a estas palabras…
Una
edición de El Hacha Enterrada fue entregada por el
autor para ser considerada en la Serie de Escritores Ecuatorianos,
esta edición fue leída y posteriormente ubicada en la biblioteca personal del editor,
con sentencia –pronunciada en voz alta- de sublime… Del día que acontecieron
los hechos no tendremos mayor información, esto es única y exclusivamente por
el olvido de quien escribe; pero si podemos dar cuenta del tiempo trascurrido
en los sucesos que aquí transcribiremos con la fiabilidad posible de un
amnésico…
Los
hábitos que siempre devienen en costumbre, guían el acontecer diario de los hombres,
es por esto que la usanza de mis viajes emprendidos todos los fines de semana
dividen la vida en dos mundos recíprocos. Quedando en la inmovilidad los libros
en anaqueles fríos y estáticos. Entre cientos de libros uno fue dado por el Hado a las manos de quien solo ha
entregado su vida a la ardua labor de los otros…
un ser incondicional que nunca tuvo más oportunidad que la de llegar a segundo
grado de educación primaria, sin ser esto relevante a su sabiduría, a su fe sin condición de un proyecto editorial…
fue entregado esté libro (por ese Dios llamado Logos) a sus manos un sábado en horas de la tarde; su ritmo de lectura
es lento, pausado, un poco tartamudeado; pero qué ocurrió con El
hacha enterrada?
La usanza
de esos viajes siempre llega a un nuevo retorno, y mi retorno era la
involuntariedad de todo lunes con sus afanes, angustias y el porvenir del
quehacer editorial, llegando a mi morada materna, que acobija todo lo que soy y
tengo, fui recibido, no con el habitual “buenos días” y un café… sorprendido
por esté avatar que rompe con las costumbres, el designio de este lunes era ya
más que prodigioso…
-¿Quién es ese Oñate?
-¿Son cuentos o poemas alargados…?
-Ya me leí todo el libro, lo termine ayer…
-¿Qué es “Homo…se-mántic…o”- …?
¡Homosemántico!
–Sí, esa fue la única palabra que no entendí. Pero lo demás, muy bueno, ¿lo van a publicar ustedes? Esos toreros se parecían a sus tíos cuando jóvenes, llenos de ilusiones…-
Una risa
precisa llenó la atmosfera de comprender
lo escrito, pero de no tener las palabras para explicar eso leído.
–En los supermercados siempre lo ven a uno así… como si unos fuera a quitarles algo… te imaginas que mis inquilinos terminaran todos en el loquero… Queda uno con la gana de que fueran más largos…
Su
disquisición fue larga y extensa, hasta el punto de inicio de este dilema. ¿Por
qué “El
hacha enterrada” y no otro nombre? Pues bien, no queda más que decir
que es la voluntad del autor, pero que este entramado de cuentos podrían llevar
cualquier otro nombre y no dejaría de ser un prodigio de la literatura universal,
y no pueden tildarnos de hiperbólicos, no, por supuesto que no. Un libro que se
defiende por sí mismo, enamora a sus lectores, soporta los juicios de la -crítica-
destructora de la literatura y nos seduce a nosotros los argonautas de letras,
llenándonos de sueños, para dejarnos volar en la imaginación de un espacio sin
tiempo, (esto es alegorías) donde podemos recrear cada uno de los cuentos como si fuese ellos nuestros o nuestros
fueran sus personajes, merece llevar la estampa de obra maestra de las letras.
La
escritura que nos presenta Iván Oñate aquí, podemos decir, sin
temor a equívocos, es la de un conocedor de las palabras, del que las moldea a
gusto y sabor, para luego estructúralas en la geografía de la más bella herramienta, la lógica.
Así podemos concluir que el libro que tienen en sus
manos, nos muestra a cada uno, un universo de formas vivibles, instantes
múltiples que trasegamos en cada paso, pero que él los narrara con la simpleza
de la belleza, de las palabras.
Un amigo…
Bogotá 2013